Una pulsera tejida con el alma de una prenda tradicional.
Inspirada en el refajo de la mujer ñapanga, esta pieza lleva los colores que hablaban por ella: el rojo, el violeta y el naranja, con un toque de dorado que resaltaba su elegancia y estatus.
Cada hilo cuenta una historia de orgullo femenino y herencia cultural. Esta pulsera no solo adorna, también honra la fuerza de las mujeres que caminaron con gracia y poder por nuestras montañas.
Tejida a mano con cristales Miyuki.
Combinación de colores vibrantes y simbólicos.
Detalles dorados que añaden carácter y distinción.
Cierre ajustable y resistente.
Una joya que guarda la esencia de una tradición viva.
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